La vida

De las pocas cosas que uno debería tener claro es que de Ella debes enamorarte una y mil veces.

«Y entonces me enamoré de ella,

de su talento, de su energía,

de su carácter, de su autenticidad

y sobre todo, de su manera de amar;

amar el amor y amar la vida

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La idea de felicidad

Una vida tranquila y alejada en el campo, con la posibilidad de ser útil a otras personas con las que resulta fácil hacer el bien y que no están acostumbradas a que las ayuden. Quizá un trabajo que sea de algún provecho y luego descansar, la naturaleza, libros, música, el amor al prójimo.

Esa es mi idea de la felicidad.

Y para culminar todo lo anterior, que usted fuera mía y que tuvieramos hijos tal vez. Qué más puede desear el corazón de un hombre

– Felicidad Conyugal, León Tolstoi (1858) –
la felicidad según Tolstoi
La felicidad es el Otoño contigo.
«La felicidad sólo es real cuando se comparte.»

El ladrido de una gata persa

Una cosa quería decirle yo a usted, amigo, si es que todavía puede una llamarle así.

Cuando comenzó el final ya había usted interpuesto en nuestras vidas, no solo vallas de circuito, sino muros más altos que el de Berlin.

¿Y será tan vago su recuerdo que apenas percibe dónde se cayó usted por primera vez? Recuerde, amigo, recuerde y entenderá que el batir del ala de una mariposa en Tokio es causa más que justificada de mi incipiente derrota interior dando así, por finalizados, años después, los términos de nuestro acuerdo amoroso.

"Apareció usted en mi vida, y yo en la suya"
«O viceversa».

No obstante, amigo, no se apene usted, por esta incontinencia verbal que le atañe, pues verá, en el transcurso de mi vida, irremediablemente su imagen ha permanecido grabada en mi sien debido a esta prodigiosa memoria que bien me conoce, desde las primeras flores amarillas del desayuno hasta las noches de tortilla y almohada; y debo decir a su favor, que en cada uno de mis prominentes recuerdos, solo le veo a usted sonriente y repleto de brillo en los ojos y me gustaría, en caso de ser pertinente y si fuera posible, pedirle que continúe siendo así ahora.

No es justicia, sino karma, amigo mío, lo que también yo he padecido, que durante años me partió los huesos de las piernas evitándome caminar y por mi cabezonería supongo, me predispuse al arrastre entre zarzas, y que sangrando las heridas, caí al mar, me hundí en sus profundidades y aprendí sin piernas, con las mismas pocas ganas que llevo dentro ahora, a nadar.

"No es sobre forzar la felicidad, se trata sobre no dejar ganar a la tristeza."
«No es sobre forzar la felicidad, se trata sobre no dejar ganar a la tristeza.»

 

¿Podrá usted comprender entonces que sus hazañas y mis hazañas duelen por igual?

¿Podrá percatarse algún día, amigo mío, porque algún día espéromelo encontrar, que de las migajas de su vida no me puede culpar ni más ni menos de las que yo a usted por empezar a dar el corte en el pan?

Si en una noche cualqesquiera usted se llegase a percatar de la realidad aquí ocurrida y brevemente relatada, tendría conmigo la dicha más grande de saberle en paz, feliz, sonriente y repletos de brillo sus ojos porque entendería, finalmente, que el karma devolverá amor porque hubo amor de verdad.

La vida extraordinaria

Cariño, quizás debí decírtelo desde el principio, pero yo quiero una vida extraordinaria.

-¿Y qué es para ti extraordinaria?

– Pues una vida llena de magia, de cosas geniales que te hacen sentir bien -contesté.

Y entonces pensé en sus manos tocando mi ‘Under The Bridge‘ en la guitarra, los cafés nocturnos a orillas de un Cantábrico disfrazado de tsunami, los bailes escondidos en la terraza, las competiciones (a muerte) de bádminton y los «mira que eres patosa» cuando tropezaba y venía en seguida a darme un beso en la frente.

Pensé en los mojitos de hamaca y en la lluvia de estrellas. En aquella noche de la Luna Azul.

– Amor, hay vidas extraordinariamente normales. -me dijo.

Le miré en silencio.
Sí que las hay.

Luna Azul verano del 2012