Dicen que creer en algo con todas tus fuerzas construye el camino para que sea real.
Y yo, tras descubrir en carne propia que el mito de ave Fénix no era solo un cuento, me he convertido en una mujer de fe.
Yo creo que incluso en el infierno venden flores.
No he podido encontrar una instantánea que registre mejor esas 365 oportunidades con las que, durante un año, estaré jugando al escondite.
Noventa y ocho, noventa y nueve, cien. ¡Voy!
Feliz año.